
La piscina natural es una mezcla de estanque y piscina. Se diferencia de la piscina convencional en que depura el agua biológicamente.
Las piscinas naturales no usan productos químicos para evitar que el agua se enturbie y degrade. Utilizan diferentes tipos de plantas, algas y filtros de grava y arena para mantener el agua viva.
Con este sistema se consigue una regeneración natural, imitando a la naturaleza.
Antes de empezar a construirla es necesario hacer un estudio con las características del lugar y la climatología de la zona para encontrar los diferentes elementos que interactúen mejor para cumplir con los criterios de calidad y sanidad del agua que exige la normativa.
El proceso de limpieza lo efectúan las plantas acuáticas que eliminan las bacterias y en diferentes filtros de grava y arena. Algunas empresas utilizan purificadores de agua solares con lo que se consigue limitar aun más el crecimiento y desarrollo de microorganismos.
El tamaño mínimo para una piscina natural es unos 50 metros cuadrado, al menos 20 metros han de dedicarse a zona de regeneración su estructura es similar a un lago o estanque natural.
La zona de regeneración está separada de la zona de baño, mediante un movimiento de caudal el agua pasa de la zona de baño a la de regeneración, una vez filtrada vuelve a la zona de baño. Las impurezas y lodos se acumulan en el punto más profundo de la zona de regeneración y se limpian cada dos años aproximadamente.
En su construcción se usan materiales naturales y el material sintético imprescindible para evitar fugas de agua.
El presupuesto de construcción es igual o inferior al de una piscina convencional con la ventaja de que no hay que añadir productos para su mantenimiento, y no hace falta cambiar el agua sólo hay que ir reponiendo la que se evapora.